No fue difícil consiliar el sueño de nuevo, en el te ví feliz como siempre, caminando por lugares extravagantes, claro! uno de tus miles te viajes.
Las notas sueltas que sobraron en tardes de toronto. los conservaba como pequeños tesoros, hoy los busque con esmero con el afan dedicado de un criminalista y de pronto se me vino a la mente aquel dia, sembrado como una planta, no recordaba ese momento, tal ves fue el frío el silencio o cualquiera de todas las cosas que me rodeaban, deje un pequeño escrito bajo tierra ese fue mi ultimo recuerdo.
Las cosas no salieron estrictamente perfectas todo se vino abajo, nunca he pretendido comprender el por que de las situaciones, no tuve tiempo de analizar las consecuencias absurdas que brotaron, me aisle busque soledades diminutas de esas que solo las personas mas tristes pueden revivir dia con dia como plagas infestan mi alma, mis prendas y de pronto ¡Olvide todo!.
Olvide el olor funebre de las flores en los panteones, olvidé el color de tus prendas favoritas, olvidé el tacto flagante de tus manos pálidas, olvidé el sonido de la noche unida a tus cantos que mas bien simulaban una especie de maullido, olvidé mi sonrisa precedida a mis sarcasticas bromas, olvidé el temor y la furia, incluso olvide que te amaba, olvidé formas, sirgnos, aromas, versos, cartas, olvidé todo y aun mas!, desperte aterrada al darme cuenta de un insignificante detalle. ¡Te olvide a ti!
Y mis notas sueltas de cuento de terror surgieron en composiciones burdas y altaneras que asustan a simples mortales que no logran ver mas alla de la tela de sus ojos ciegos. Esas telas que pintan el amor bonito, las mismas sedas que envolvieron mi cuerpo por el frensi que causaban en tu mirada.
No soporto mas este terror de lejania, de ausencia, ¡de olvido!, no aguanto las ochenta toneladas de soledad que llevo sobre la espalda y los diez kilometros de silencio dentro mi cabeza.
Cerrar este capítulo [pense] sería como negerme el oxigeno, como rechazar que eres la parte mas escencial de mi vida, volteo la hoja y siento asesinar el poco sentido común que me queda, voltear la hora es un paso difícil pero al fin me he dado cuenta que del otro lado se encuentra el espacio en blanco listo para escribir otra historia. Una nueva historia donde ya no estas tu.