SHE

Empapada en sudor desperte la noche anterior, fué como haber corrido toda con los pies descalzos. Mi corazón palpitaba tan fuerte como las ancadas de los caballos en el hipodromo, la desesperación comenzó a apoderarse de mi, saltando de la cama un vidrio se enterro en la planta de mi pie izuiqerdo, por alguna desconocida razón ese vidrio estaba allí, me queje un poco el dolor fue minimo a lo que me esperaba, pretendía salir corriendo de la recamara talvez algunos gritos desenfrenados me harían verme un poco mas demente; sin embargo, algo me hizo permanecer alli, estupefacta, con el pulso a mil, extrañamente esta vez no tenia miedo, me dedique a analizar cada rincón de la recamara, todo parecia igual que siempre, igual de aburrido, aun estaba mi sueter tirado en el suelo, recuerdo bien que cayo sobre mis botas mojadas, la computadora con la tapa entrecerrada, una taza de agua sobre el escritorio, los papeles revueltos sobre una pequeña repisa, y dos libros que prestaria al siguiente día formados como soldados, aun estaban allí.

Con la mirada recorrí centímetro a centímetro, sonreí al ver el viejo baúl un poco empolvado, desorden y orden al mismo tiempo que irónico, todo era tal como lo había dejado, mi vista alcanzo el otro extremo de la habitación; vi una gran silueta, no me asombraba verla alli, noche a noche se paraba junto al ventanal, que a contra luz del farol de la calle hacía de su presencia ligeramente más tetrica, o absurda da igual!.
Con una timida mueca le insinue de cierta forma un "hola", no recibí respuesta alguna como siempre, pero esta vez había algo diferente..

A lado de él, mi Diego amado, estaba 'ella', una figura simple, escualida parecia una imagen pictorica de una caricatura, hombre o mujer realmente no lo definia, no podia ver su cara apenas distinguia su pésima silueta, me rei un poco ¡"vaya ahora ya seremos mas en este cuarto?"! me burlé sarcasticamente entre pensamientos, aquella a quien no tenia ni la más minima insignia de conocimiento, se movio rapidamente y se poso atras de mi, comenzo a lanzarme un monton de palabras extrañas en cierto idioma que no recuerdo haber escuchado antes, tal vez solo eran sonidos sin significado alguno, me apreto la cabeza con sus manos de hielo, pequeñas, que le iban perfecto, sentí un dolor intenso que recorrio mi cuerpo, quize doblar mis estremidades ante la presión y empezó a fluir una carcajada burlona, en poco sus palabras fueron mas claras y por primera vez en la noche me senti aterrada.